ibis Berlin Mitte 2,5 estrellas

En general fue buena estancia, el hotel es bastante céntrico y accesible con buena relación calidad/precio. Como único punto negativo en nuestro caso tuvimos que dormir la primera noche con la ventana abierta porque los 2 éramos alérgicos al polvo y la habitación estaba llena del mismo, la segunda noche fue mejor porque se quedo todo el día la ventana abierta y se aireo la habitación.

Excelente estancia

El check-in fue rápido puesto que lo habíamos hecho previamente online, aunque hubiese agradecido poder proporcionar también los datos de mi acompañante y no tener que hacerlo en el hotel. La calefacción en las habitación fue muy deplorable y dejó mucho que desear. No calentaba, echaba simplemente aire y en alguna incluso frío, en cambio la calefacción de las áreas comunes y los pasillos del hotel estaba muy alta. Se nos asignó la habitación 740 o 742, una esquina en la última planta en la que quisimos poner la calefacción al llegar por primera vez al hotel porque estaba fría, algo que por cortesía los hoteles suelen calentarla a su llegada a los clientes (en invierno, o poner el aire acondicionado frio en verano). Tras 45 minutos no calentó nada y vimos que salía aire frío (nos subimos a la cama y pusimos la mano para comprobarlo), estando el termostato en calor, a máxima temperatura y potencia. Cuando aquella tarde nos dispusimos a salir del hotel pedimos en recepción que nos confirmaran que habiamos puesto el termostato en la posición correcta, a lo que se nos dijo que sí, y entonces dijimos que no calentaba y que porfavor la pudiese comprobar alguien. Al volver por la noche efectivamente parecía que alguien había tocado el termostato pero seguía saliendo frío y al cabo de 1 hora y tras estar ya con frío y ver que así no podríamos dormir acudimos nuevamente a recepción. En ese momento se nos dijo, de forma no muy cortés que es que estábamos en la última planta y en la esquina y que al no haber habitaciones contiguas era más frío, algo que por supuesto tiene su parte de verdad pero si la calefacción funcionase BIEN no importaría frio alguno porque, reitero, salía aire frio. Es cierto que aun así pudieron ser resolutivos y nos ofrecieron cambiarnos a la habitación 738 puesto que tenían muchas habitaciones libres. Sin embargo, no nos fiamos y antes de hacer el cambio encendimos media hora la calefacción de esa habitación para comprobar si tenía el mismo problema. Efectivamente seguía sacando aire frio, aunque un poco más caliente que la anterior, pero reitero que insuficiente porque el aire era frio. Una vez pudiendo comparar, y tras volver a la habitación original para recoger algunas cosas que nos habían quedado al hacer el cambio, nos dimos cuenta de que la habitación estaba ¡helada! Ya no era que simplemente no calentase, ¡es que la había enfriado! A relación del mismo tema, cuando fuimos a devolver esa misma noche las antiguas llaves, la persona de recepción estaba hablando con otro huésped por teléfono que al parecer tenía malos olores en la habitación y le preguntó "It smells like fire or shit?". Creo que utilizar el término "shit" no es muy profesional y fácilmente substituible por otra palabra tan básica como "rubbish" (basura), a lo que por cierto su solución también fue cambiarles de habitación porque decían que tenían mucho sitio, en vez de involucrarse realmente con el problema y ver qué es lo que esta pasando. Al día siguiente pasamos gran parte del día fuera y dejamos una llave puesta en la habitación para dejar la calefacción puesta, algo que nos indicó expresamente el personal de recepción. Cuando volvimos al parecer el personal de limpieza se había llevado nuestra llave porque no estaba, así que nos quedamos sin llave y sin habitación caliente. ¿Qué seguridad se supone que tengo que sentir si alguien tiene la llave de mi habitación? Como en Alemania tienen la costumbre de cenar más pronto a lo que estamos acostumbrados, salimos corriendo sobre las 21:00 a cenar algo y, como ya empezábamos a estar a bastante disgusto con el hotel, pedimos la llave al volver. La situación fue: 2 personas que vienen de la calle y que dicen alojarse en la habitación 738 solicitan otra llave de la habitación porque por la mañana habían dejado una y ya no esta, dirigiéndose a una persona en recepción que no habían visto en 2 días. Se nos dijo que alguien la habría cogido (como si pasase frecuentemente) y al momento se nos dio la copia. Sin pedirnos ningún dato de la reserva, identificación o cualquier otro dato, repito, de una persona que tampoco podía decir que ya nos conocía porque no la habíamos visto en 2 días. ¿Qué seguridad es esa? 2 personas entran de la calle pidiendo una llave y se la dan sin más preguntas. Repito, ¿Qué seguridad se supone que tengo que sentir si alguien tiene la llave de mi habitación? Como otros aspectos a comentar, hubiese agradecido tener otra manta en el armario por si teníamos frío, que lo tuvimos, y es algo que por primera vez no veo en un hotel, ni en verano, y era Alemania en pleno diciembre con temperaturas todos los días bajo cero y nevando. Además, algunas perchas estaban rotas y no se podían usar, y las toallas en el baño eran insuficientes puesto que con la misma toalla que te duchabas era la misma para secarte las manos, por no hablar de que si querías secarte el pelo no había toalla y el secador tenía poca potencia. En general, por lo que fue el hotel el precio me pareció excesivo y llegamos a la conclusión de que hicimos bien en no coger el desayuno puesto que el precio de 60€ por persona en los 4 días también nos pareció excesivo y al final eso fue lo que gastamos entre los 2 y desayunando bien en otros sitios. En cuanto al resto, las vistas de la habitación estaban bien, la calefacción de zonas comunes muy agradable, buena cercanía y conexión con el centro, y check-out rápido.

Las habitaciones son confortables, y añadir la ubicación cerca de Alexanderplatz.

Muy buena situación y personal muy agradable. Habitación muy limpia y muy cómoda