Lugares históricos de México: Un viaje al pasado del país

México es un país donde la historia prehispánica y colonial se entrelazan en cada ciudad, zona arqueológica y monumento. Recorrer estos lugares es una oportunidad para comprender las raíces y la identidad del país. ¡Descubre más a continuación!

La riqueza histórica de México

México es un país de contrastes sorprendentes, donde las ruinas de antiguas civilizaciones coexisten con ciudades coloniales y escenarios que marcaron revoluciones y transformaciones culturales. Desde las pirámides mayas hasta iglesias barrocas, cada rincón guarda vestigios de un pasado fascinante.

 

Recorrer estos lugares es viajar a través de los siglos. ¡Descubre algunos sitios imprescindibles en tu ruta histórica!

Chichén Itzá: La maravilla maya

Chichén Itzá no solo es uno de los sitios arqueológicos más visitados de México, sino también un lugar envuelto en el misterio de la civilización maya. La Pirámide de Kukulkán es una muestra del avanzado conocimiento astronómico de esta cultura, mientras que el cenote sagrado conserva evidencias de antiguos rituales y ofrendas.

 

A diferencia de otros asentamientos mayas, Chichén Itzá también recibió influencia tolteca, reflejada en los guerreros esculpidos en el Templo de los Jaguares y en las columnas serpentinas del Templo de los Guerreros.

Centro Histórico de Ciudad de México: El corazón de la historia

El centro histórico de CDMX es un testimonio vivo de los distintos periodos de la historia del país. Antes de convertirse en la capital de la Nueva España, este lugar era el epicentro de Tenochtitlán, la grandiosa ciudad asteca. La Catedral Metropolitana, construida sobre las ruinas del Templo Mayor, simboliza la superposición de culturas.

 

Hoy en día, aún es posible ver los vestigios del antiguo templo mexica excavados junto a la catedral. Además de la historia palpable en cada esquina, el centro es un punto neurálgico de la vida urbana mexicana, escenario de manifestaciones políticas, eventos culturales y celebraciones nacionales.


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Palenque: El esplendor de la civilización maya

A diferencia de otros sitios arqueológicos mayas más áridos, Palenque se distingue por su ubicación en plena selva tropical de Chiapas, donde la densa vegetación no solo oculta, sino que también protege sus templos.

 

Lo que más impresiona en este sitio no es solo la magnitud de sus construcciones, sino la riqueza de los detalles esculpidos en piedra. El Templo de las Inscripciones, por ejemplo, albergaba la tumba de Pakal, uno de los gobernantes mayas, cuyo sarcófago cubierto de glifos ha revelado valiosa información sobre esta civilización.

Monte Albán: La cuna de la cultura zapoteca

Monte Albán es una hazaña arquitectónica impresionante, construida por los zapotecas en la cima de una montaña mediante la creación de terrazas y plataformas talladas en la roca. Desde allí, se obtiene una vista panorámica del Valle de Oaxaca, lo que ofrecía una ventaja defensiva estratégica y un espectáculo visual inigualable.

 

Este sitio fue el centro político y religioso de los zapotecas durante más de mil años, y sus edificaciones, como la Plataforma Sur y el Edificio J, reflejan un avanzado conocimiento de astronomía y alineación arquitectónica.

 

Dolores Hidalgo: La cuna de la independencia

Dolores Hidalgo es un pequeño pueblo con un enorme significado en la historia de México. Aquí, en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, el cura Miguel Hidalgo tocó las campanas de la iglesia y llamó a la rebelión contra el dominio español en lo que se conoce como el Grito de Dolores.

 

La parroquia donde ocurrió este evento histórico sigue en pie y es uno de los principales atractivos de la ciudad, junto con la Plaza Principal, donde una estatua de Hidalgo conmemora su papel en la lucha por la independencia.

 

El Fuerte de San Juan de Ulúa: Historia marítima en Veracruz

Construido en el siglo XVI, el Fuerte de San Juan de Ulúa es una fortaleza colonial que ha sido testigo de siglos de batallas, invasiones y resistencia. Ubicado en una isla cercana al puerto de Veracruz, fue diseñado originalmente para defender la ciudad de los constantes ataques de piratas en el Golfo de México.

 

Con gruesos muros y túneles subterráneos, el fuerte se convirtió en un punto clave para el control marítimo español. Hoy en día, funciona como museo y ofrece una vista privilegiada del puerto de Veracruz, permitiendo a los visitantes recorrer sus murallas y explorar sus antiguas celdas.

Guanajuato: Túneles, minas y patrimonio colonial

Guanajuato es una ciudad donde la historia colonial se entrelaza con una topografía única. Construida entre montañas, su red de calles subterráneas y túneles la convierte en un destino singular en México.

 

Otro legado de la ciudad son sus minas de plata, que hicieron de México uno de los mayores productores del metal durante la época colonial. La Mina de La Valenciana, una de las más ricas del virreinato, aún puede visitarse, ofreciendo una visión del arduo trabajo de los mineros que sostuvieron la economía novohispana.

Tlaxcala: Escenario del encuentro entre dos mundos

Menos conocida que otras capitales coloniales, Tlaxcala tuvo un papel fundamental en la conquista de México. Mientras muchos pueblos indígenas resistieron a los españoles, los tlaxcaltecas decidieron aliarse con Hernán Cortés contra los aztecas, convirtiéndose en piezas clave en la caída de Tenochtitlán.

 

Este pasado aún se refleja en la ciudad, con monumentos y edificaciones que narran la compleja relación entre los indígenas y los colonizadores. La Plaza de la Constitución, el corazón de la ciudad, alberga el Palacio de Gobierno, donde murales cuentan la historia de la alianza entre tlaxcaltecas y españoles.

 

Querétaro: Cuna de la constitución mexicana

Santiago de Querétaro desempeñó un papel crucial en la historia de México, al ser el lugar donde, en 1917, se promulgó la Constitución Mexicana, aún vigente. Hoy, Querétaro conserva su legado colonial en un centro histórico bien preservado, con calles empedradas, casonas y majestuosas iglesias barrocas.

 

El Acueducto de Querétaro, con sus imponentes arcos, sigue dominando el paisaje urbano. Además de su historia, la ciudad es famosa por su escena gastronómica y vinícola, siendo el punto de partida ideal para recorrer la Ruta del Vino y el Queso.

Puebla: Arquitectura colonial y tradiciones culturales

Puebla destaca por su arquitectura, caracterizada por el uso de azulejos de talavera que adornan iglesias, fachadas y edificios históricos. Recorrer su centro histórico es sumergirse en el pasado, entre casonas del siglo XVII y el Parián, un mercado tradicional que ofrece artesanías típicas.

 

Más allá de su belleza arquitectónica, Puebla es un destino imperdible para los amantes de la gastronomía mexicana. Platos icónicos como el mole poblano, una compleja mezcla de chiles, chocolate y especias, y los chiles en nogada, rellenos de carne y frutas y cubiertos con una salsa de nuez, tienen su origen en esta ciudad.

 

Conclusión: La historia como esencia de México

Explorar la riqueza histórica de México es adentrarse en culturas ancestrales, ciudades coloniales y eventos que marcaron el rumbo del país. Para disfrutar de esta experiencia con comodidad, Accor ofrece diversas opciones de hospedaje en destinos históricos como Ciudad de México, Puebla, Mérida y Guanajuato.


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