Lermitage Hotel Tallinn 3 estrellas

Muy contento con la habitación, la limpieza y los empleados.

El hotel está perfectamente ubicado, a menos de 10 minutos del casco histórico y con una parada de bus en la puerta que comunica con el aeropuerto (Línea 2). Muy cerca de la estación de trenes y buses si quieres otros destinos. Tiene un restaurante justo a su lado y en frente otro. Ambos muy recomendables. Camas muy cómodas y habitaciones con un escritorio. Por lo reducido del espacio eché en falta otra mesa donde poder abrir maletas, que cuando llevas dos obliga a mantenerla cerrada y de pie, pero es un mal menor. Baño con un muy agradable suelo radiante. Muy buen caudal de agua y temperatura. Las toallas se cambian a diario y la cama no se hace todos los días, había un sistema aleatorio que no llegamos a comprender en los 9 días de estancia y era sorpresa saber si se había arreglado o no cuando llegábamos. El desayuno completo con parte fría variada, caliente y zona dulce. Tiene alimentos para celíacos y veganos, y cuenta con un amplio horario. Personal muy amable tanto en recepción como en el buffet de desayuno. La gente en Tallinn es en general muy amable y dispuesta a ayudar. Relación calidad-precio muy buena. Aunque no hicimos uso es un hotel pet-friendly y no causa nada de molestias de ruidos o ladridos. Volveríamos sin problema en futuras visitas a la ciudad.

Una experiencia bastante decepcionante. La habitación no se corresponde con lo anunciado, cuidado con ello. Es más pequeña, con distribución distinta y el baño que en la foto se anuncia bastante grande, no lo era. No había objetos de aseo personal como indica, más allá de gel en la ducha y un gorro de baño. Además olía fatal, a sucio y cerrado, y había bastante polvo en el armario y en un cepillo para la ropa dentro de él. Cuando comenté que no se ajustaba a lo reservado, me dijeron que no tenían otra libre y me ofrecieron otra habitación que decían era peor y más pequeña. Al final tuve que arreglarlo con Booking que me devolvió parte del dinero. La zona común donde estar con los compañeros de viaje, es inexistente, algo necesario en un destino en el que anochece tan temprano. La wifi es pésima, fallaba muchísimo y no es nada segura pues es completamente abierta. Se oía mucho ruido de la calle. Para colmo, al hacer las maletas cuando marchábamos, mis amigos encontraron un tanga detrás de la cortina. Cuatro días después… en fin… No lo recomiendo en absoluto.

El personal del hotel es muy agradable, las habitaciones son cómodas y acogedoras. Como mi estancia fue muy larga, me sobró la sauna y eché de menos un gimnasio.

Aunque el hotel tiene todo lo necesario, no es cómodo. El cuarto de baño es ínfimo, sentada en la taza puedes poner un codo en el lavabo y el otro en la bañera, a la vez. Tiene bañera, en lugar de ducha, que no sería problema si no fuera porque es muy alta y cuesta muchísimo entrar. Yo mido 1,67cm y el borde de la bañera me llega por encima de la mitad del muslo. En el baño hace muchísimo calor y no sé puede regular. Pero lo peor es que hay un extractor en el baño que está constantemente encendido y haciendo ruido, día y noche. El buffet de desayuno es correcto, pero tardan bastante en reponer lo que se va terminando, aunque si se lo pides, te lo traen. En resumen, es correcto pero no me resultó cómodo.