Visitar Roma: itinerario guiado de la Ciudad Eterna

Considerada a menudo como una de las capitales más bellas de Europa, visitar Roma es como viajar en el tiempo. Quienes la visitan la eligen tanto por su gastronomía como por sus museos y monumentos, entre los que se incluyen algunos de los enclaves más famosos del mundo. Escribe tu propia epopeya de un día o una semana y empápate de los siglos de historia y de la dolce vita de la Ciudad Eterna.

El barrio histórico de Roma reúne los principales monumentos, museos y galerías de arte de la ciudad. Cada avenida esconde un tesoro, cada museo alberga fabulosas obras de arte. Los enclaves más icónicos de Roma se encuentran aquí.
 

Temprano por la mañana, cuando los demás viajeros aún están en la cama, dirígete a la Fontana di Trevi. Inmortalizada en la película La Dolce Vita con la escena del baño a medianoche entre Anita Ekberg y Marcello Mastroianni, la Fontana di Trevi es un símbolo del romanticismo imprescindible al visitar Roma. Déjate llevar por la tradición local y lanza una moneda a la fuente, de espaldas, para pedir un deseo.

Aunque ha evolucionado considerablemente a lo largo de los siglos, su proyecto de construcción data de hace más de 2000 años. Está perfectamente conservado y en él se encuentran además algunas tumbas ilustres, como la de Víctor Manuel II y la del pintor Rafael. Aprovecha la visita al Panteón para hacer una pequeña parada en la heladería contigua, Fiocco di Neve. La cremosidad del helado es casi tan divina como el ambiente del barrio.

Las piazzas de Roma ocupan un lugar central en la vida local. La piazza Navona es un gran ejemplo del arte barroco que no te puedes perder al visitar Roma. Antiguo estadio, está rodeada de bellas obras arquitectónicas, como el palacio Pamphili, la iglesia de Sant'Agnese in Agone y la de Nostra Signora del Sacro Cuore. La piazza di Spagna reúne todo lo que hace de Roma una capital única. Aquí puedes ir de compras (en la Via del Corso y la Via Condotti), sumergirte en el romanticismo de las vistas desde lo alto de la escalinata de la Trinità dei Monti o tomarte algo y disfrutar del ambiente.

Si te queda tiempo, pasea hasta el palacio del Quirinal, antigua residencia de los reyes de Italia. Actualmente, es la sede del Gobierno de la República Italiana. En su interior, disfruta de una visita guiada durante la que admirar una amplia colección de obras de arte, muebles y tapices. En el centro histórico de Roma también se encuentra la iglesia de San Luigi dei Francesi, cuyo verdadero tesoro reside en sus pinturas, algunas de ellas obra de Caravaggio, el pintor maldito. Una visita que los amantes del arte no deben perderse.
 

Cruzando el Tíber, llegarás al castillo de Sant'Angelo. Este imponente edificio ha tenido muchas vidas: antiguo mausoleo encargado por el emperador Adriano, prisión, residencia papal de emergencia, lugar de procesión durante la peste negra, donde el arcángel Miguel anunció el fin de la epidemia... Recorre este enclave cargado de historia. ¿El momento ideal? Al final del día, para admirar la puesta de sol desde lo alto y las espléndidas vistas de la Ciudad Eterna y la basílica de San Pedro. Un momento perfecto para saborear con un spritz en la azotea.

Un barrio que no puedes perderte al visitar Roma es el del Coliseo (también llamado Rione Monti), uno de los más visitados. También es uno de los más animados. Recorre sus antiguas calles, retrocede miles de años en el tiempo y recupera fuerzas en alguno de sus numerosos locales gastronómicos. Esta parte de Roma es como un resumen de la magia de la Ciudad de las Siete Colinas. Como es de esperar, aquí encontrarás el Coliseo, uno de los anfiteatros mejor conservados del mundo. Al cruzar sus puertas, sentirás que viajas a la antigua Roma, a la época de los gladiadores.
 

Al salir, dirígete al Foro Romano y al monte Palatino por la vía peatonal de los Foros Imperiales. Durante el paseo, disfrutarás del contraste entre la contemporaneidad de los espectáculos de algunos artistas callejeros y la dimensión histórica del lugar. En el Foro, empápate de la magia del lugar mientras recorres las ruinas de dos milenios de antigüedad.

El Foro y el Palatino son sitios únicos. Antaño centro político y religioso de la antigua Roma, hoy en día el lugar revela ruinas de palacios, templos y recintos religiosos. Los jardines son magníficos y las vistas de Roma, imponentes. Para aprovechar al máximo la visita, no te pierdas:

• El Arco de Tito, que marca la entrada al recinto.
• El Templo de Saturno y sus sublimes columnas.
• La Curia, donde los senadores tomaban sus decisiones.
• La Casa de las Vestales, donde vivían las jóvenes consagradas a la diosa Vesta.
• La prisión, el Tullianum y sus sentencias radicales.
• La tumba de Julio César.

Si deseas visitar Roma en profundidad, dirígete a otros vestigios milenarios cercanos como el Circo Máximo, el antiguo hipódromo más grande del mundo, y la basílica de San Clemente de Letrán, aún regida por el Papa. Siguiendo con la mística, la Bocca della Verità es un rostro tallado en la piedra en el que se invita a meter la mano. Cuenta la leyenda que la escultura se traga las manos de los mentirosos. Se puede ver desde el exterior, bajo el pórtico de la iglesia de Santa Maria in Cosmedin.

En unos minutos en metro, llegarás a otro Estado: el Vaticano. Enclavado en el corazón de Roma, el país más pequeño del mundo es también el más sagrado, ya que se trata de una teocracia en la que reside el Papa. Aunque su superficie es de solo 0,44 km², la Ciudad del Vaticano alberga monumentos y obras artísticas legendarias.
 

Se puede acceder a la Santa Sede con la línea A del metro (parada Ottaviano) o caminando desde el castillo de Sant'Angelo. El paseo bordea el río Tíber y pasa por los barrios de Prati y Borgo, repletos de puestos que venden recuerdos y postales. Si eliges la opción a pie, podrás contemplar mejor la plaza de San Pedro, rodeada de enormes columnatas en forma de media luna, el obelisco egipcio y la basílica de San Pedro.
 

Es una de las plazas más grandes para visitar en Roma y donde el Papa bendice a los fieles de todo el mundo desde el balcón del edificio religioso, que alberga innumerables tesoros. Además de ser la cúpula más alta del mundo y ofrecer unas vistas impresionantes de Roma, la basílica es una obra maestra del Renacimiento. Aloja cuadros de maestros y ostentosos objetos sagrados. En la necrópolis del sótano se encuentra la cripta donde descansan eternamente los papas pasados y está abierta al público.

Después de este paseo inolvidable, nos dirigimos al Vaticano y a su inmenso palacio-museo. En la residencia del Papa, varias galerías están abiertas al público, sin olvidar la famosa Capilla Sixtina, una visita obligada entre los monumentos religiosos de Roma. Tanto si te apasiona el arte, la religión y la historia como si no, la visita promete ser inolvidable. Cuenta con más de 70 000 cuadros y esculturas, obra de maestros como Rafael, Caravaggio, Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Dalí, Picasso, Gauguin o Van Gogh. Sus galerías son sensacionales, especialmente la que exhibe enormes mapas geográficos y sublimes candelabros.

¿Sueñas con Vacaciones en Roma? En el corazón de Trastevere, el barrio bohemio y chic por excelencia de Roma, este sueño se hace realidad. Las numerosas iglesias salpican el alegre deambular de los viajeros y recuerdan constantemente la riqueza del patrimonio histórico de la Urbe. Entre ellas, la basílica románica de Santa María en Trastevere. Ha sabido conservar su carácter medieval e impresiona a los viajeros por la diversidad y riqueza de sus mosaicos. Visitarla durante la celebración de una misa añade un carácter todavía más sagrado al lugar. Aunque más desconocida, la de Santa Cecilia también merece una visita.
 

Por la noche, las callejuelas del barrio cobran vida y las terrazas se derraman sobre las aceras. El Trastevere, uno de los lugares más visitados de Roma para degustar algunas de las mejores pizzas y pastas de la ciudad, vibra con una energía única. Entre sus coloridas callejuelas se extienden guirnaldas luminosas. Sus plazas resuenan con las risas de los jóvenes locales que acuden a tomar el aperitivo. Los turistas bien informados se sientan en las terrazas de los pequeños restaurantes que sirven las mejores carbonaras y helados de la capital. Sigue a los lugareños y recorre las calles para encontrar lo mejor de la gastronomía italiana, tanto tradicional como moderna.
 

Después de comer, sube al mirador del Gianicolo, lugar de encuentro nocturno de los enamorados italianos que vienen a admirar una de las puestas de sol más espectaculares de Roma.

Entre la estación de Termini y el barrio del Coliseo, en el barrio de Monti se respira un ambiente alternativo, entre cultura underground y locales de moda.
 

Al igual que el Trastevere, este barrio de Roma se descubre a pie, pero, a diferencia de otros lugares emblemáticos, es mejor visitarlo durante el fin de semana. Es entonces cuando se celebra el mercado de Monti, con puestos que esconden auténticas joyas para los amantes de las antigüedades. También es uno de los barrios más animados de la capital. Cuando hace buen tiempo, se organizan numerosos eventos al aire libre. Famoso por su escena culinaria, cuenta con buenos restaurantes alrededor de la piazza della Madonna dei Monti, donde degustar especialidades locales o tomar un helado.
 

Entre sus coloridas callejuelas llenas de grafitis y arte urbano, algunos monumentos históricos salpican la visita, como la fuente de los Catecúmenos en la piazza della Madonna dei Monti. Prolonga el paseo hasta las termas de Trajano o las de Diocleciano. Más inmersiva, la visita en realidad virtual de la Domus Aurea te sumergirá en la vida palaciega de la antigua Roma.

Al norte y al sur de Roma, dos ciudades emblemáticas de Italia esperan a los viajeros. En la Toscana, los hoteles de Florencia prometen una estancia llena de caffè, palacios renacentistas y monumentos atemporales, como el Duomo o el Ponte Vecchio. Calcula algo más de tres horas en coche y una hora y media en tren. Dirección Nápoles, haz una parada en un hotel boutique en Pompeya y siente la historia del lugar al pisar el suelo volcánico, testigo de la erupción del Vesubio.

• Las mejores épocas para visitar Roma son la primavera y el otoño. De abril a mediados de junio y de septiembre a noviembre hay menos afluencia y las temperaturas son muy agradables.
• Una vez allí, el Roma Pass (en su fórmula de 2 días, 36,50 €, o 3 días, 58,50 €) o la Omnia Card (149 € para 72 horas) te facilitarán la estancia. Garantizan el acceso gratuito al transporte público, además de visitas a los principales monumentos, entradas sin colas y descuentos en otros lugares turísticos.
• Tanto para el Vaticano como para la basílica de San Pedro, reserva las entradas con antelación. Ambos son lugares con gran afluencia de turistas de todo el mundo. Además, ten en cuenta que la Omnia Card garantiza la entrada gratuita a la Ciudad del Vaticano. Para evitar las aglomeraciones, acude una hora antes de la apertura (fijada a las 8:30) o a la hora de comer.
• Llegar al centro de la ciudad desde el aeropuerto de Roma es muy fácil. Tanto si aterrizas en Fiumicino como en Ciampino, la opción más económica es optar por traslados compartidos en minibuses de pequeña capacidad. Tardarás menos de una hora en llegar al hotel. Desde Fiumicino, también se puede tomar el tren Leonardo Express, que te llevará a la estación Termini por unos 15 €. ¿Prefieres coger un taxi o VTC? El precio oscila entre 30 y 60 euros, dependiendo de la hora del día.

Entre los monumentos emblemáticos, no te pierdas las magníficas fuentes de Roma antes de continuar con la aventura en Italia visitando otras ciudades legendarias, con un fin de semana romántico en Venecia o una escapada de compras a Milán.