12 noviembre 2025
5 minutos
Las calles empinadas lisboetas revelan vistas sorprendentes a visitantes curiosos casi en cada esquina. Admira panorámicas únicas desde los miradores de Lisboa más bonitos.
12 noviembre 2025
5 minutos
Lisboa se encuentra enclavada entre siete colinas y, en cada paso, guarda sorpresas a quienes la recorren. Todo el encanto de la capital portuguesa se revela desde los maravillosos miradouros, miradores panorámicos situados en los puntos más altos de la ciudad. Las estrechas callejuelas se abren de repente a terrazas históricas, y cada mirador ofrece su propia perspectiva única, como el situado en el castillo de São Jorge. Encaramado en lo alto de la ciudad, domina las casas encaladas y las amplias plazas, las cúpulas de las iglesias y los tejados de tejas rojas y, de fondo, el río Tajo, tan ancho como el mar, que fluye lentamente en sus últimos kilómetros antes de desembocar en el Atlántico.
Parte del placer de pasear sin rumbo por las calles lisboetas consiste en descubrir con nuestros propios ojos estas impresionantes vistas. No te pierdas algunos de los miradores de Lisboa favoritos para locales y visitantes, desde los más animados a los más íntimos, donde podrás contemplar el amanecer más impresionante o la puesta de sol más inolvidable, los lugares más románticos y las mejores vistas nocturnas. La lista siguiente incluye una selección de miradores y otros lugares que, aunque no son los tradicionales, te permiten disfrutar de unas panorámicas increíbles de esta encantadora ciudad.
El castillo de São Jorge se alza sobre Lisboa y puede verse desde casi cualquier punto de la ciudad. Sus miradores ofrecen unas vistas panorámicas que ya disfrutaban los antiguos romanos. El castillo tiene más de 2000 años de historia, fue destruido por el terremoto de 1755 y restaurado bajo la dictadura de Salazar en la década de 1940. Pasea entre los pavos reales bajo los árboles sombreados de los miradores y contempla las vistas de las colinas de la ciudad, la magnífica plaza do Comércio junto al río, y el ancho y fluido curso del Tajo, que se extiende hasta el impresionante puente 25 de Abril y más allá.
Cómo llegar: autobús 737 hasta Castelo, tranvía 12E o 28E hasta Largo das Portas do Sol o con el elevador do Castelo desde el barrio de Baixa.
Ideal para: disfrutar de unas vistas incomparables.
Consejo: la entrada al castillo, incluidas las terrazas panorámicas, es de pago y es recomendable por internet para evitar las colas. La entrada vale la pena, ya que, además de las impresionantes vistas, también puedes explorar las almenas, la cámara oscura y la fascinante exposición histórica del museo.
Desde uno de los miradores de Lisboa más maravillosos se puede contemplar prácticamente toda la ciudad: desde el castillo de São Jorge se puede disfrutar de unas vistas que abarcan desde el puente 25 de abril sobre el Tajo, la plaza Martim Moniz, los tejados rojos de los barrios de Intendente y Mouraria hasta el parque forestal de Monsanto. Los pinos centenarios convierten al mirador da Graça en un refugio sombreado cuando hace calor, y el acogedor quiosco invita a quedarse a descansar. Una vez allí, admira los fantásticos mosaicos azules de azulejos y la impresionante iglesia barroca del convento da Graça.
Cómo llegar: combina la visita con un paseo en el emblemático tranvía amarillo 28E (o el menos concurrido 12E) hasta la parada de Graça.
Ideal para: orientarse, disfrutar de maravillosas puestas de sol y noches templadas.
Dato curioso: el mirador se llama en realidad Miradouro Sophia de Mello Breyner Andresen, en honor a la gran poetisa portuguesa del siglo XX, que encontró aquí su inspiración.
Justo enfrente, al otro lado del centro de la ciudad, se encuentra el mirador de São Pedro de Alcântara, que se divide en dos niveles: arriba, un parque sombreado y animado, y abajo, una terraza tranquila y elegante con jardines clásicos. La vista está dominada por el castillo de São Jorge en su colina, que se baña en un resplandor dorado al atardecer. También se puede ver la majestuosa avenida da Liberdade y el trazado geométrico de las calles de Baixa, la ciudad baja, reconstruida tras el terremoto de 1755. En la balaustrada, el mapa pintado en azulejos muestra todos los lugares de interés visibles desde aquí.
Cómo llegar: no te dejes amilanar por la cuesta tan pronunciada, solo tardarás 10 minutos en subir desde la plaza dos Restauradores y, de camino, puedes curiosear en las cafeterías y tiendas.
Ideal para: ver a los músicos callejeros en el parque, disfrutar de la puesta de sol sobre el castillo y tomar una copa romántica por la noche.
Consejo: desde el elegante hotel de 5 estrellas Sofitel Lisbon Liberdade, recorre la sofisticada avenida da Liberdade hasta llegar al elevador da Glória, suspendido desde septiembre de 2025, y a uno de los miradores de Lisboa más bellos.
Un poco alejado de las rutas turísticas, pero muy popular entre los jóvenes lisboetas, este maravilloso miradouro ofrece unas vistas impresionantes de toda la desembocadura del Tajo. Se puede admirar el espectacular puente colgante 25 de abril y la imponente estatua del Cristo Rey en la orilla opuesta. Al atardecer, todo se tiñe de un aire todavía más dramático. Entonces, el mirador cobra vida y la gente se acomoda en los grandes escalones de mármol o en las mesas del quiosco y disfruta del ambiente festivo y relajado.
Cómo llegar: con la popular línea de tranvía 28E hasta Santa Catarina.
Ideal para: puestas de sol sobre el Tajo y tardes relajadas.
Datos de interés: el mirador de Santa Catarina es más conocido como Adamastor, por el ser mitológico que simboliza los peligros del mar, y está inmortalizado en una llamativa estatua. Antiguamente, los lisboetas observaban desde aquí cómo los barcos zarpaban para enfrentarse precisamente a los «Adamastores» del océano.
Entre los miradores de Lisboa más altos despunta el que se encuentra en el cementerio de la pequeña capilla de Nossa Senhora do Monte, y ofrece una vista panorámica que abarca desde el cercano convento de Graça y el castillo de São Jorge hasta la ciudad baja y el Tajo. Una pequeña estatua de la Virgen comparte las insuperables vistas con los visitantes, y un mapa de la ciudad en azulejos ayuda a orientarse. Debido a los tours en tuctuc que pasan por aquí, el mirador puede estar muy concurrido durante el día, pero una vez que se van, es un lugar maravillosamente tranquilo, especialmente cuando las luces de la ciudad se encienden por la noche.
Cómo llegar: ¡las vistas desde arriba compensan el esfuerzo de la subida! Coge los tranvías 28E o 12E hasta la Rua da Graça y, luego, sube por la empinada Rua da Senhora do Monte.
Ideal para: contemplación tranquila y momentos románticos.
Curiosidad: ¿estás esperando un bebé? Si te sientas en la silla de piedra de la capilla y rezas a São Gens, el santo patrón del lugar, se dice que te traerá un parto fácil y feliz.
Este otro de los prodigiosos miradores de Lisboa se asienta como un gran balcón sobre el barrio de Alfama, la parte más antigua de la ciudad, y la vista de las casas blancas y los tejados rojizos que descienden en cascada hacia la orilla del Tajo es una imagen de postal. Las torres del monasterio de São Vicente de Fora y la cúpula del Panteón Nacional dominan el horizonte, mientras que los cruceros atracados en el puerto crean un contraste moderno. Una estatua de san Vicente, patrón de Lisboa, parece dar la bienvenida al mirador. El nombre «Puerta del Sol» sugiere que este es un rincón mágico para ver el amanecer sobre el Tajo. Durante el día siempre hay actividad aquí. El quiosco es ideal para tomar un café reconfortante para subir al castillo o una cerveza fría para bajar.
Cómo llegar: tranvía 28E o 12E o autobús 10B hasta Largo das Portas do Sol.
Ideal para: admirar el amanecer y observar a la gente.
Consejo: las salas de ornamentada decoración del Palácio Azurara, hoy Museu de Artes Decorativas, ofrecen una impresionante visión de la vida de la aristocracia portuguesa en los siglos XVIII y XIX.
A pocos pasos de Portas do Sol (pero a un mundo de distancia), Santa Luzia es uno de los miradores de Lisboa más tranquilos y, en sí mismo, una obra de arte, incluso antes de disfrutar de las vistas de Alfama y la inmensidad del Tajo. Desde la terraza decorada con hermosos azulejos azules y la pérgola cubierta de buganvillas, las iglesias de Santa Engrácia, Santo Estêvão y São Miguel añaden armonía al paisaje urbano.
Cómo llegar: tranvía 28E o 12E o autobús 10B hasta el mirador de Santa Luzia.
Ideal para: contemplar amaneceres o simplemente disfrutar de la belleza.
Consejo: admira el estanque y los azulejos pintados en la pared de la iglesia de Santa Luzia, adyacente al mirador, que muestran la gran plaza a orillas del río, la plaza do Comércio, antes del terremoto y la reconquista del castillo.
Puede que no sean miradores de Lisboa tradicionales, pero desde los siguientes lugares también se puede disfrutar de unas vistas impresionantes.
El magnífico ascensor neogótico es probablemente el más famoso de Lisboa. Esta ornamentada estructura de hierro, inaugurada en 1902, conecta el barrio bajo de Baixa con el Chiado y el Bairro Alto, situados en las zonas más elevadas. Desde la plataforma de observación en la parte superior, se puede ver Baixa, el castillo y, al fondo, el Tajo.
Este imponente arco triunfal, construido para conmemorar la reconstrucción de la ciudad tras el terremoto devastador de 1755, ofrece una vista de la red geométrica de calles de Baixa, por un lado, y de la amplia plaza do Comércio y el Tajo, por el otro.
La emblemática torre de Belém fue construida en 1515 para vigilar la entrada al puerto de Lisboa y sirvió a los navegantes portugueses como punto de partida para sus viajes. Desde la plataforma de observación se puede contemplar el barrio de Belém y el puente 25 de abril, así como la desembocadura del Tajo hasta el Atlántico.
Datos de interés: el espectacular puente 25 de abril cruza el Tajo y conecta Lisboa con el municipio de Almada, en la orilla sur. El puente colgante, inaugurado en 1966, recuerda al puente Golden Gate de San Francisco y, más tarde, fue rebautizado con la fecha de la Revolución de los Claveles de 1974, que derrocó la anterior dictadura de Salazar.
La espectacular estatua de Cristo Rey se encuentra en un altiplano del Tajo, en la orilla sur del río. La plataforma de observación del monumento, inspirado en el Cristo Redentor de Río de Janeiro, ofrece unas vistas tan espectaculares como las de otros miradores de Lisboa y el puente 25 de abril, así como del estuario del Tajo.
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