Filipinas es uno de los grandes desconocidos de Asia.
Aunque su pasado español está muy presente, el turismo de habla hispana se ha
decantado en los últimos años por explorar otros destinos del continente
asiático como Tailandia, China, Japón, India, Indonesia o Vietnam. Sin
desmerecer a estos países en casi nada, Filipinas se ha quedado un tanto relegado.
Pero poco a poco, y sin hacer mucho ruido, la que fuera colonia española
durante casi tres siglos va captando la atención del turismo. Ya no es algo
raro escuchar a alguien decir que va a hacer un viaje a Filipinas. Todos
aquellos que dan ese paso se encuentran con un país nada masificado y con un
potencial extraordinario. Por ejemplo, se trata de uno de los mejores lugares
de todo el planeta para practicar el buceo. Posee islas paradisiacas con playas
que de auténtico ensueño. Cuenta con espacios naturales sorprendentes y, por si
fuera poco, su cultura y gastronomía se ganan el corazón, y el paladar, de todo
aquel que visita a esta joya del sudeste asiático. Un viaje fino filipino para
descubrir un país que en los próximos años se convertirá, con total seguridad,
en uno de los destinos de moda.
Naturaleza en su máxima expresión: playas, volcanes, arrozales… y mucho más
Una de las grandezas de Filipinas es que ha sabido
conservar su ingente patrimonio natural de una forma admirable. Y eso que está
repartido entre la friolera de 7.107 islas que son las que forma este
archipiélago convertido en país. Esta circunstancia plantea al turista el reto
de moverse de unas a otras, pero eso lo veremos un poco más adelante. Como
decíamos, una de las cosas imprescindibles que ver en Filipinas son sus
encantos naturales. Uno de sus mayores tesoros está bajo el mar y por este
motivo es un paraíso para el buceo. El arrecife de coral de la isla de Tubbataha,
el Lago Kayangan en Corón, la posibilidad de bucear entre ballenas en Donsol, o
el prolífico fondo marino de la isla de Apo, son algunas sugerencias para
practicar este deporte.
Del agua a la arena, porque en un viaje a Filipinas no
puede faltar un recorrido por sus mejores playas. Arenales de postal donde,
desde el mismo momento en el que se pisa la playa, la rutina y los problemas
entran en modo “off”. La playa Blanca de la isla de Boracay se encuentra siempre
en las listas de las mejores del mundo. Otros arenales mágicos son los de Corón
o el Nido en Palawan, Panglao Island en la isla de Bohol y Puerto Galera en la
isla de Mindoro.
En este repaso natural por lo que hay que ver en
Filipinas es obligado incluir a los volcanes, porque el archipiélago cuenta con
37 en los que se puede disfrutar de agradables caminatas si las condiciones lo
permiten. El Monte Pinatubo y el volcán Taal, son dos opciones recomendables
para contemplar la belleza de esos gigantes vivos.
En Filipinas hasta su cultivo más popular, el arroz,
es una atracción turística en sí. Basta con desplazarse hasta la cordillera
norte de Luzón para contemplar en sus empinadas laderas el espectáculo de los
arrozales. Especialmente en los momentos previos a la cosecha, la imagen de los
bancales verdes es una de las más impactantes que nos brinda este país.
Pero no todo en Filipinas es naturaleza, aunque esta
vertiente ocupe una parte muy importante. El archipiélago es también su
cultura, su gastronomía y el carácter abierto y amable de sus gentes. Porque
para las personas de habla hispana resulta relativamente sencillo entender el
tagalo, un idioma que adapta numerosas palabras en castellano. Y Filipinas
también es Manila, su bulliciosa capital donde se mezcla el legado español con
las características propias de una gran urbe asiática.
El reto de moverse entre de 7.107 islas
La idea tradicional que tenemos de movernos por un
país cambia por completo cuando aterrizamos en Filipinas. Moverse entre las
7.107 islas que conforman el archipiélago es un apasionante reto que se
solventa sin problemas. El ferri es una opción muy popular y cómoda, mientras
la bangka (pequeña canoa) se usa para los trayectos muy cortos. Si las
distancias son más elevadas la mejor alternativa es el avión, ya que Filipinas
cuenta con varias compañías locales que hacen las rutas de forma económica.