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Adéntrate en Montmartre

Secretos para vivir un fin de semana en el París más bohemio

Montmartre es el barrio del París más artístico y bohemio. Una “república independiente” con una arquitectura singular que arropó e inspiró a artistas como Van Gogh, Renoir y Picasso. Un barrio imprescindible en cualquier visita a la capital francesa
Imagen del París más bohemio

Un lugar con una plaza denominada “de los pintores” (aunque su auténtico nombre es Tertre) tiene que derrochar arte sí o sí. Hablamos de Montmartre. No es un barrio más de París, sino el barrio por antonomasia. Difícil aglutinar en tan poco espacio tanta historia, creatividad, clarividencia, ingenio, pasión y locura. Allí, en una colina de 130 metros alejada de la magnificencia y delicada sofisticación de París, se levanta una “república independiente”. El refugio de decenas de artistas que, en sus calles y vetustas viviendas, dieron rienda suelta a su imaginación entre los siglos XVII y XX. Mentimos. Esa imaginación sigue corriendo también ahora, en pleno siglo XXI. Sólo hace falta pasar por la plaza de los pintores y ver a varios centenares de genios desconocidos exponer sus obras. Saben dónde lo hacen porque por allí pasaron mitos como Picasso y Dalí. Pero Montmartre es mucho más que su populosa plaza. Es un barrio para saborear con calma, incluso dentro de un viaje de un fin de semana en París. No importa. El barrio lo merece. Para ello es aconsejable decantarse por un interesante, barato y moderno hotel que resulta un excelente punto de partida para visitarlo. Se trata del ibis Paris Montmartre 18ème, ubicado junto al mismísimo Moulin Rouge. Sin duda, una opción muy seductora para los que estén buscando hoteles en el centro de París.

Ruta por los secretos bohemios de Montmartre

Un buen comienzo de una ruta por el Montmartre bohemio dentro de un fin de semana en París es sin duda el Moulin Rouge. Fue la referencia de la Belle Epoque parisina. Un elegante e irreverente cabaret que sobrevive al paso del tiempo como un auténtico monumento digno de preservar. Pero hablando de cabaret, no podemos dejar de pasar por delante del que es el más antiguo de París, el Au Lapin Agile, en el 22 de la Rue Saules. Una modesta casa de dos plantas bicolor que reconoceremos rápidamente por la imagen de un conejo saliendo de la chistera. Otro ejemplo de que, en pleno siglo XXI, en Montmartre el tiempo está detenido.

Por supuesto que la plaza de los pintores, o Tertre, su nombre oficial, es el epicentro del barrio. El visitante puede pasar horas y horas contemplando las maravillosas obras que exponen los bohemios artistas que siguen inspirándose con la magia de Montmartre. Pero no sólo en esta plaza nos podemos empapar de la genialidad de las artes. También en el mítico café Consulat es posible hacer un descanso en el lugar que frecuentaban Renoir, Zola, Monet o el mismísimo Van Gogh….Casi nada, se encuentra en el número 18 de la calle Rue Norvins y su decoración ya es digna de admirar.

El lugar donde vivieron personajes de la talla de Renoir y Utrillo es hoy el Museo de Montmartre, en el 8-14 de la rue Cortot. En él se pueden contemplar obras de ambos genios, pero también de Toulouse-Lautrec y Modigliani, entre otros.

Pero para recordar a nombres como Zola, Offenbach, el compositor español José Melchor Gomis y Foucault, entre otros muchos, tenemos que hacer un recorrido un poco más tétrico, pero muy simbólico por el cementerio de Montmartre. Más que un camposanto es un museo, un recorrido por la muerte; pero también por la vida, la de unos personajes que con sus contribuciones cambiaron la historia de la humanidad.

En Montmartre también se pueden realizar rutas guiadas por los lugares que frecuentaron los grandes artistas que eligieron el barrio para residir. Una de las más atractivas es la titulada “En Tras los pasos de Vincent Van Gogh en Montmartre”, que entra en la casa donde vivió y peregrina por los puntos más simbólicos de su etapa parisina en la que realizó dos centenares de obras. Además, en la Rue Des Saules del barrio, se puede hacer un repaso a esta historia en unos paneles informativos que se han colocado para este fin.

El simbólico Moulin de la Galette, que inspiró a Renoir, el propio Van Gogh y Picasso, y el Espacio Dalí de la rue Poulbot, 11, que guarda una importante colección de obras del pintor español, son otras de las paradas en esta ruta bohemia y de una riqueza incalculable.

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