La “gran ola” o la “ola perfecta” es algo así como el
Santo Grial para un surfero. Algunos son capaces de recorrer miles de
kilómetros en busca de esos regalos de la naturaleza en los que la tabla se
desliza como si fuera unos patines por una pista de hielo. El resultado son
imágenes indescriptibles donde el ser humano consigue dominar la fuerza
inusitada del agua. David contra Goliat en una lucha que no lo es tal, ya que
ambos contendientes forman parte de un mismo todo. Surfero y ola se complementan
y se necesitan.
A lo largo y ancho del planeta hay numerosas playas
que son el destino soñado para los amantes de cabalgar las olas. Al igual que
un aficionado al arte anhela visitar el Louvre o el MMA o un amante de la pizza
no puede dejar de pasar por Italia, con el surf pasa lo mismo. Un viaje a
Australia para extenuarse en las playas de Gold Coast, visitar el País Vasco en
busca de la ola izquierda de Mundaka o trasladarse hasta Sudáfrica para
rendirse a los pies de ese templo del surf llamado Jeffreys Bay, son algunas de
las imágenes que pasan constantemente por la mente de estos idólatras del mar.
No hace falta ser Garrett McNamara y surfear una ola de 23,77 metros como hizo
en 2011 en la playa portuguesa de Nazaré, con dos o tres metros basta para soltar adrenalina y
sentirse el rey del océano.
Un viaje a Australia o a otro increíble destino en busca de la mejor ola
Unas buenas olas son la imprescindible materia prima
para que un destino se pueda considerar surfero. Pero hay más alicientes que
empujan a los amantes de la tabla a viajar a un determinado lugar del mundo.
Los paisajes de ensueño que propician algunas playas con su entorno, el
ambiente que se vive en la ciudad en cuestión o el resto de atractivos
turísticos también son aspectos a tener muy en cuenta para considerar a un
destino surfero como “top”.
Gold Coast (Australia)
Un viaje a Australia es un objetivo ansiado para
muchas personas, pero especialmente para los amantes del surf. En el país
oceánico brilla con luz propia la llamada Costa de Oro (Gold Coast), donde los fanáticos
de este deporte cuentan con más de 70 kilómetros de playas para acabar extenuados
cabalgando las olas. Si aún tenéis alguna duda de que no estamos en uno de los
paraísos de los surferos os daremos un dato inequívoco. Una de las ciudades más
visitadas de Gold Coast se llama Surfers Paradise. En este edén, las olas están
garantizadas todo el año, especialmente cada dos meses, cuando los ciclones
costeros generan verdaderos gigantes marinos.
Mundaka (España)
La furia armoniosa del mar Cantábrico se comprueba a
la perfección en la playa vizcaína de Mundaka. Es sin duda la principal razón
que tienen los surferos para visitar el País Vasco. El mar genera en este
idílico punto de la costa vasca la considerada como mejor ola izquierda de
Europa, que puede llegar a los cuatro metros de altura y los 400 metros de
largo. Un auténtico regalo de la naturaleza que tiene lugar en medio de un
paisaje de una belleza extraordinaria gracias al estuario de Urdaibai,
declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO.
Bahía de Jeffreys (Sudáfrica)
Jeffreys Bay es el destino idealizado por cualquier
aficionado al surf. La bahía sudafricana es a este deporte como Hollywood lo es
al cine. Un lugar bucólico donde la combinación de las corrientes de los
océanos Atlántico e Índico forma olas interminables que parecen no acabar
nunca. Por algo ha sido escenario en numerosas ocasiones del Campeonato Mundial
de Surf.
Mavericks (California)
Estados Unidos tiene un incuestionable templo del surf
y ese es Mavericks en el estado de California. Miles de personas peregrinan
cada año hasta allí en busca de olas que pueden alcanzar los quince metros de
altura. Son los diamantes más cotizados de estos buscadores de piedras
preciosas llamados surfistas. Pero esa búsqueda no es tarea sencilla, porque se
suele decir que las olas de Mavericks son sólo para expertos debido a su peligrosidad.
Waimea Bay (Hawái)
Si hay un lugar idílico en el mundo ese es Hawái. Es
el paraíso por excelencia y también lo es para todos aquellos que surfean.
Waimea Bay, enclavada en la isla de Oahu, es una playa perfecta para deslizarse
con la tabla, célebre por acoger el rodaje de la inolvidable serie de
televisión “Perdidos”. Entre los meses de noviembre y abril se puede “galopar”
sobre olas casi perfectas y de tamaños muy considerables.