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Un viaje al futuro

Enorme Dubái

Modernidad, lujo, futurismo y contrates, muchos contrastes. Dubái es una ciudad que ha sabido hacer de su progreso un atractivo turístico. Un lugar que en nada se parece a lo que se puede ver en otras grandes capitales mundiales. El paraíso de las paradojas donde el viajero disfrutará, por ejemplo, del edificio más alto del mundo y del centro comercial más grande del planeta.

Olvidaros de los interminables rascacielos de Nueva York, los kilométricos luminosos de Tokio o las mastodónticas Torres Petronas de Kuala Lumpur. En un viaje a Dubái no penséis en ver nada de lo que ofrecen estas espectaculares urbes. El emirato cuya capital recibe también el nombre de Dubái, no intenta imitar a otros lugares. Podría parecerlo, dado que su espectacular imagen actual es de antes de ayer, concretamente desde el inicio del siglo XXI. Pero esa modernidad desbordante repleta de contrastes es propia, autóctona. Por este motivo un viaje a Dubái es una experiencia única y muy enriquecedora. Un aluvión de paradojas donde hay que frotarse en más de una ocasión los ojos para creer lo que estamos viendo.

Grandes cosas que ver en Dubái

Empujados por la riqueza que genera el petróleo, Emiratos Árabes Unidos ha vivido una explosión urbanística sin precedentes. El emirato que mejor ejemplifica este crecimiento es sin duda Dubái, y más concretamente su capital. Pero su grandeza radica en que ha sabido aprovechar ese gusto por lo grande para atraer al turismo. Viajeros que recorren anonadados sus calles en las que jeques ataviados con su vestimenta típica, la kandura, conducen tranquilamente un Ferrari, un Porsche o un Lamborghini. Rascacielos interminables con diseños futuristas, tiendas de lujo de las principales marcas y un nivel de vida fastuoso que sorprenden al tratarse de una sociedad musulmana. Lo dicho, el paraíso de los contrastes y las paradojas.

Aunque todo atraerá la atención del que realice un viaje a este emirato, hay una serie de lugares que ver en Dubái que se deben tener muy en cuenta y donde la palabra enorme se queda corta.




Los edificios más altos del mundo, están en Dubái
Los edificios más altos del mundo, están en Dubái

Burj Khalifa

Como no podía ser de otra manera, Dubái tenía que llevarse el honor de acoger el edificio más alto del mundo. Su nombre es Burj Khalifa y su altura alcanza los 828 metros. La experiencia de ascender hasta su piso 124 justifica el viaje a Dubái, ya que las vistas de la ciudad y el desierto son indescriptibles.
Dubái Marina, el corazón de Dubái
Dubái Marina, el corazón de Dubái

Dubái Marina

En muchas ciudades del mundo es posible hacer un viaje en el tiempo al pasado, pero Dubái es la única en la que ese viaje se realiza al futuro. El mejor lugar para comprobarlo es Dubái Marina, el corazón de la ciudad nueva donde se suceden los rascacielos, los centros comerciales, los restaurantes y las tiendas de lujo. Una especie de Quinta Avenida, pero del siglo XXII o XXIII. Por si fuera poco, un gran canal artificial otorga mayor belleza al entorno donde es posible pasear tranquilamente. Un consejo es llegar hasta allí en el modernista metro de Dubái.

Dubái Mall

Si el Burj Khalifa es el edificio más alto del mundo, el emirato también posee el centro comercial más grande del planeta. Este paraíso de las compras llamado Dubái Mall reúne más de 1.200 tiendas de todo tipo en una superficie de 502.000 metros cuadrados con seis plantas comerciales y diez de aparcamiento. 
La gran Palmera de Dubái
La gran Palmera de Dubái

Palm Jumeirah

Volvemos al Dubái más rompedor con otra de las construcciones que seguramente habréis visto en algún video o fotografía. Se trata de Palm Jumeirah, una de las tres islas artificiales en forma de palmera que se han levantado en la capital del emirato. Una espectacular obra de ingeniería que obviamente se contempla mejor desde el aire, con uno de los paseos en helicóptero o hidroavión que se ofertan.

El acuario más grande del mundo

El Dubái Mall que antes mencionábamos alberga, a su vez, el acuario más grande del mundo. Nada más entrar, nos topamos con una vitrina que acoge la friolera de 33.000 especies marinas. En la planta baja, un túnel con diez millones de litros de agua sumerge al visitante en el mismísimo océano donde reinan decenas de tiburones.

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