¿Barcelona en un día? Tranquilos, no nos hemos vuelto locos. Puede parecer un planteamiento osado, utópico o sencillamente imposible, pero no lo es. Claro que un día en Barcelona es poco tiempo, pero muchas personas solo disponen de eso. 24 horas para recorrer una gran ciudad, de la que se quieren llevar un recuerdo imborrable. Es como probar un aperitivo de la ciudad que les haga volver para saborear el resto del menú.
Aunque muchos no se atrevan a recomendar un itinerario en tan corto espacio de tiempo, nosotros sí lo vamos a hacer. Porque es mejor hacer una visita a Barcelona en un día, que quedarse si nada.
En muchos casos esta escapada relámpago a Barcelona obliga a quedarse una noche y aprovechar parte de un día y parte del otro. Para que no le deis muchas vueltas la cabeza, os daremos una recomendación fiable. El Novotel Barcelona City está situado en plena avenida Diagonal y a cinco minutos caminando de la parada de metro de Glories, desde la que podemos conectar con cualquier parte de la Ciudad Condal. Otra opción es la amplia nómina de hoteles ibis de Barcelona, alojamientos económicos y modernos, para esta escapada exprés.
¿Dónde ir en Barcelona en solo un día?
Si hay dos pilares que distinguen a Barcelona y que la convierten en una ciudad con un magnetismo especial son el barrio Gótico y el legado de Gaudí.
Vamos a empezar por el primero. Un viaje en el tiempo, al origen de la Ciudad Condal. Dar un paseo por la calle del Bisbe, la plaza de San Felipe Neri y una parada en la Catedral de Barcelona no lleva mucho tiempo, y dejará huella en el visitante.
Aprovechando que a 6 minutos caminando de la calle del Bisbe tenemos La Rambla, no podrás resistirte a caminar por el auténtico corazón de Barcelona. Artistas, floristerías, quioscos, restaurantes y personajes de cualquier índole se reúnen en este emblemático paseo de 1,2 kilómetros. En él podemos hacer una parada en el Mercado de la Boquería, siempre concurrido y multicolor, pero en el que no perderás tiempo esperando tu turno.
El otro pilar al que nos referíamos es el legado de Gaudí. Barcelona no se puede entender sin el estilo del artista de Reus. En este capítulo es obligado hablar de la Sagrada Familia, aunque cuenta con el hándicap de las largas filas que se suelen montar para entrar. Aunque duela, es posible que haya que dejarla para una próxima ocasión y emplear ese tiempo en visitar la casa Batlló o la casa Milá. Excepto en las horas centrales del día de los meses de verano, se puede acceder sin tener que esperar demasiado tiempo. Por último, para completar el homenaje a Gaudí haremos un breve recorrido porque el parque Güell, al que será imprescindible desplazarse en metro.
Otra opción, si se considera que el parque Güell está demasiado lejos, es quedarse en El Born y la plaza de Sant Jaume, a donde podremos ir caminando perfectamente desde La Rambla. La maravillosa basílica de Santa María del Mar y el palau de la Generalitat, son algunas de las paradas que se podrán realizar por esta zona.
No queda tiempo para mucho más, salvo para descansar un poco las piernas mirando al Mediterráneo en la Barceloneta o en la zona del Maremagnum después de contemplar el Monumento a Colón. Sin duda es un viaje exprés, pero muy provechoso porque Barcelona es muy agradecida.
