México es mucho más que los lujosos ‘resorts’ de
Riviera Maya en los que muchos sueñan con pasar unas plácidas vacaciones y
relajarse durante su luna de miel. Tulum, Cancún, Playa del Carmen y, en
general, la península de Yucatán son lugares muy interesantes que ver en
México, pero ni mucho menos los únicos. El país norteamericano brinda al
visitante una explosión de color, cultura, patrimonio, gastronomía y espacios
naturales privilegiados. Por todo ello sería una auténtica pena “cruzar el
charco” para viajar a México y quedarse durante quince días tirado en una de
las estupendas playas de la Riviera Maya. Durante esas dos semanas se puede
realizar un itinerario muy completo por el país y repleto de alicientes. Además,
muchos viajeros creen que hay que optar
por centrarse en una zona en concreto de México. Para nada. Podemos movernos
por este extenso país gracias a sus amplia oferta en vuelos internos y hacer un
recorrido lo más completo posible por los puntos de interés ubicados, tanto al sur,
como al centro y al norte.
Ciudad de México, Yucatán y el legado maya
Un buen punto de partida a la hora de viajar a México
durante 15 días es su capital, Ciudad de México o el anteriormente conocido
como Distrito Federal (DF). Se trata de una urbe inmensa donde viven casi 9
millones de personas y que, por supuesto, es imposible ver en un día, en dos o
en tres. Pero en un viaje de estas características hay que economizar el tiempo,
y en el caso de la capital mexicana nos vamos a quedar con su centro histórico
para recorrer durante el primer día. Los dos siguientes nos podemos alojar
igualmente en la Ciudad de México, pero en esta ocasión para visitar durante
una jornada el parque urbano de Chapultepec, uno de los más grandes del mundo y
un auténtico lujo para los sentidos donde visitar monumentos, restos
arqueológicos, espacios naturales de gran valor y realizar actividades al aire
libre. Al día siguiente, y también desde Ciudad de México, se puede acudir a Teotihuacán,
el primer contacto del viaje con el legado precolombino y que forma parte de
los lugares declarados Patrimonio de la Humanidad en el país norteamericano.
El cuarto día abandonamos la capital, pero no ese
viaje al México anterior al Descubrimiento de América. Para ello nos
desplazamos a la ciudad de Chiapas para visitar otro de los lugares
imprescindibles que ver en México, la zona arqueológica del Palenque. El
visitante se quedará sin palabras ante este extraordinario legado de la
civilización maya.
El Palenque se encuentra prácticamente a las puertas
de la península de Yucatán, por lo que el México más turístico será el
escenario de los siguientes cuatro días del viaje. En primer lugar es de
forzosa “inspección” la ciudad colonial de Mérida, capital del estado de
Yucatán. Se trata de una urbe donde es posible disfrutar de un México
auténtico, tradicional y alegre.
Al día siguiente el protagonismo lo vuelven a adquirir
los mayas con la visita a Chichén Itzá, otra auténtica joya arqueológica en la
que entender mejor esta apasionante civilización. Por algo este lugar es una de
las nuevas siete maravillas del mundo moderno según la Unesco.
Después de tantos días de recorridos incansables a
ciudades maravillosas y sorprendentes yacimientos arqueológicos, llega el
momento de descansar.
Y qué mejor lugar para hacerlo que Cancún, el destino playero por excelencia de
México. Allí brilla con luz propia Playa Delfines, un pequeño paraíso no
demasiado masificado y en el que reponer fuerzas para afrontar la recta final
del viaje a México.
Baja California, Guadalajara, Veracruz…
A partir del noveno día de viaje a México cambiamos
completamente de registro para conocer otros puntos menos habituales, pero
igualmente interesantes. De Yucatán volamos hasta Baja California,
prácticamente en la frontera con Estados Unidos. A menos de 200 kilómetros de
Tijuana merece una parada el Parque Nacional Constitución de 1857, un verdadero
regalo de la naturaleza que brinda el país mexicano.
Tras esta incursión en el norte del país, regresamos
de nuevo al centro para afrontar el tramo final de este apasionante viaje. El
décimo día se puede dedicar a Cacahuamilpa y sus cautivadoras grutas. El
México más tradicional nos espera al día siguiente en la vitalista y bulliciosa
ciudad de Guadalajara.
El día 12 volvemos a la naturaleza en el Parque Nacional
Iztaccíhuatl–Popocatépetl, una de las zonas montañosas más espectaculares del
país norteamericano y en la que podremos contemplar el volcán Popocatépetl, un
gigante activo de 5.426 metros de altura.
El entorno natural también será protagonista al día
siguiente en Catemaco, en el estado de Veracruz, mientras que el día 14 la
tranquilidad vuelve a la vida del viajero con una visita marcada por la
relajación a la playa Chachalacas. Un buen colofón para tomar el vuelo de
regreso al día siguiente y concluir un viaje inolvidable para llevar por
siempre a México en el corazón.