Empezamos en el Paseo de Gracia, una avenida con mucha vida, tiendas y restaurantes, contemplando la fachada de la Casa Batlló (Paseo de Gracia 43) que no pasa desapercibida por sus colores y sus formas orgánicas que pueden recordar a la silueta de un dragón, sobre todo por el tejado de escamas. Después visitamos el interior de la Pedrera o casa Milá (Paseo de Gracia 92), otra obra indispensable. En este caso, el exterior no es tan llamativo pero el interior es espectacular. Se pueden visitar: la cubierta, el ático y uno de los apartamentos.
Nuestra parada gastronómica
La Sagrada Familia y el Pabellón Barcelona

Un concierto para completar el viaje
En nuestro caso aprovechamos la escapada a Barcelona para asistir un concierto que nos hacía muchísima ilusión y sólo se hacía una vez, en el Palau San Jordi. Me gusta estar atenta de los conciertos que se hacen en Barcelona porque muchas veces son únicos en España y es una oportunidad. Después de comer dimos un paseo por la playa que estaba debajo de nuestro hotel, subimos arreglarnos y, finalmente, fuimos al Palau San Jordi a disfrutar de una noche inolvidable.
Nuestro hotel en Barcelona
Me gustó mucho tener el hotel al lado del mar, vivo en una ciudad de interior y el mar es siempre un regalo. Nos alojamos en el Hotel Pullman Barcelona Skipper, un precioso hotel de aspecto muy moderno donde cada mañana al abrir la ventana teníamos unas vistas espectaculares hacia el mar. Tenía una terraza en la última planta con una piscina y unas vistas privilegiadas. Además, toda esa zona, cerca de La Barceloneta, es preciosa para pasear y tomar algo. Tiene mucho ambiente y está muy cerquita del centro. Nosotros íbamos andando disfrutando del buen tiempo y de la ciudad.