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Disfruta de la Capital del Tapeo

Guía de viaje. Lo que no debes perderte en Valladolid

Valladolid es conocida por sus grandes vinos de la Ribera del Duero, pero además, la capital de Castilla y León ofrece un buen puñado de visitas culturales de primer nivel, que se pueden extender con el buen tapeo del que siempre ha hecho gala la ciudad pucelana
Puente de Valladolid

Un inmenso pavo real extiende sus plumas a modo de bienvenida. Un tupido bosque nos rodea mientras por un momento dudamos sobre si estamos en el campo o en el corazón de una ciudad. No nos despistemos. Nos encontramos en el Campo Grande de Valladolid, el pulmón verde de la capital pucelana y un lujo para los sentidos. Perderse por estas tierras, además de hacerlo en su Ribera del Duero, es también dejarse caer por una ciudad con mucho encanto que en ocasiones se ve eclipsada por su fama vinícola. Son muchos, y muy variados, los planes que hacer en Valladolid. Eso sí, no nos tenemos que poner límites. Por la mañana podemos estar visitando una bodega de la cercana localidad de Peñafiel y por la tarde disfrutando del buen tapeo en los alrededores de la Plaza Mayor.

Un fin de semana, tres días o uno de esos puentes propicios para escapadas de interior, son ideales para dejarse caer por estas tierras. En cuanto al alojamiento, no hay que preocuparse. La amplia variedad de hoteles con encanto en Valladolid, hace que tengamos variedad y calidad. Un ejemplo es el hotel ibis Valladolid, un moderno alojamiento con unas vistas privilegiadas del río Pisuerga.

Qué hacer en Valladolid dentro y fuera de la capital

Sabemos que estáis deseando leer recomendaciones para catar vinos en la Ribera del Duero, pero vamos a empezar la casa por los cimientos. Si nos alojamos en Valladolid, no se podemos olvidar su patrimonio monumental y natural. Hemos hablado del Campo Grande, dónde, además de los pavos reales, podemos desconectar de todo en un auténtico museo botánico en el que leer, pasear o relajarse.

La excelente situación del Campo Grande hace que pasemos de la naturaleza en estado puro, al corazón de Valladolid después de una pequeña caminata de ocho minutos. Hablamos de la Plaza Mayor. Un inmenso espacio lleno de vida, terrazas, comercios, bares y restaurantes, donde, además, tendremos un aparcamiento subterráneo para dejar el vehículo con total comodidad.

El patrimonio religioso es una parada obligada cuando nos preguntamos qué hacer en Valladolid. La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, diseñada por Juan de Herrera, y las iglesias de Santa María de la Antigua, San Benito el Real y San Pablo son las que atesoran un mayor atractivo.

Valladolid también es sinónimo de museos de calidad. Es el caso del Museo de Escultura Policromada, el más importante de España, enclavado en la bellísima colegiata de San Gregorio. En la capital pucelana también se puede visitar el Patio Herreriano, espacio museístico de arte contemporáneo, y el Museo de la Ciencia, ideal para recorrer en familia.

Pero Valladolid es también para callejear y descubrir nuevos lugares. La calle Santiago, los bonitos soportales de la calle Cebadera y, por supuesto, la coqueta plaza del Coso Viejo tienen que estar en cualquier itinerario.

Entre visita y visita, el tapeo. El entorno de la Plaza Mayor tiene un buen puñado de bares donde el arte de la tapa se cuida hasta el más mínimo detalle. Joyas gastronómicas muy elaboradas que podemos degustar en lugares como el Jero (calle Correos, 11), Los Zagales (calle Pasión, 13), Villa Parmesana (calle Calixto Fernández de la Torre, 5) o Don Bacalao (plaza de Santa Brígida, 5).

Siempre hay una excusa para visitar Valladolid, pero no olvidemos que su Semana Santa es un referente a nivel nacional. Además, los moteros saben de sobra que en la provincia castellana se celebra cada año, el fin de semana posterior a la festividad de Reyes, la concentración Pingüinos.

Precisamente de la provincia queremos hablar, concretamente de su Ribera del Duero. Las opciones para visitar bodegas muy próximas a la capital pucelana son muchas. Uno de los epicentros de la Denominación de Origen es Peñafiel, a 45 minutos en coche de Valladolid. Allí se encuentran auténticos referentes del vino como Matarromera, Protos y Emina. Por último, si el recorrido por la bodega lo rematamos con un buen festín gastronómico que incluya el lechazo, no se puede pedir más.

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