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Tesoros de la Costa Azul

Las 5 calas más espectaculares de Marsella

¿Te apetece darte un chapuzón?

La segunda ciudad más poblada de Francia cuenta con un plus para sus visitantes: ¡está pegadita al mar! Esta estratégica ubicación en la Costa Azul supone un motivo más por el que viajar a Marsella. Entre paisajes de mar y montaña se encuentran algunas de las calas más hermosas del Mediterráneo. ¿Te apetece darte un chapuzón?

Les Calanques, las playas más bellas de la Costa Azul

Marsella tiene que competir con otros grandes destinos turísticos del Mediterráneo, por lo que muchas de sus playas en ocasiones pasan inadvertidas frente a otras que ganan en popularidad, pero no en calidad. Esto es un punto a favor para quienes tienen planeado una escapada de sol y mar al margen de grandes aglomeraciones. 
El Grand Hotel Beauvau Marseille Vieux-Port-MGallery es una opción de alojamiento que va en esta línea de relax y exclusividad. Un hotel boutique ubicado en el corazón del Puerto Viejo que te pondrá en sintonía con el ambiente marítimo que has venido a buscar en tus vacaciones. 
¿Y dónde encontrarás esas calas de ensueño en las que desconectar de la rutina? El Parque Nacional de Calanques es uno de los lugares clave para disfrutar de las mejores playas de Marsella. Más de 20 km de acantilados moldeados por ensenadas de aguas cristalinas en las que la calma es la protagonista. Si además te apetece combinar tu jornada playera con una ruta de senderismo, los calanques son la mejor alternativa. 

Top 5 de calas en Marsella

1. Calanque de Sormiou
Esta pequeña cala resulta especialmente cómoda para quienes viajan en familia. Presenta la ventaja de que se puede dejar el coche aparcado muy cerca de la playa, además de contar con algunos servicios como restaurante o socorrista. Por la facilidad del acceso es también una playa frecuentada por los amantes del submarinismo que no quieren ir cargando con el equipo durante varios kilómetros de paseo. 

2. Calanque de En-Vau
Hay dos modos de llegar la paradisíaca cala de En-Vau: desde el Col de la Guardiole o desde Cassis. En ambos casos, el acceso hasta la playa implica una caminata de hora y media por pistas de dificultad media-alta. El camino puede resultar demasiado exigente para los caminantes poco experimentados, pero a cambio ofrece unas fantásticas vistas del acantilado y del baño que te espera al final del recorrido. ¿Quieres olvidarte de complicaciones? Únete a una de las numerosas excursiones para conocer En-Vau en barco. 

3. Calanque de Port-Miou
Volviendo a las playas más accesibles del Parque Nacional de Calanques hay que destacar Port-Miou. En realidad se trata de una antigua cantera de piedra al lado de un pequeño puerto a la que se llega por un cómodo camino que va bordeando el mar. Este mismo camino conecta sin dificultad con la vecina playa de Port-Pin, con una parte de arena, otra de cayados y un pinar como telón de fondo. 

4. Calanque de Marseilleveyre
Esta magnífica joya natural de la Costa Azul está rodeada de una tupida vegetación y protegida por el macizo de Marseilleveyre (literalmente “ver Marsella”) y sus 432 m de altura. Se puede acceder a pie desde el puerto de Callelongue siguiendo las indicaciones del GR98, aunque la mayoría de los visitantes prefiere llegar por mar a este tesoro escondido. La playa ofrece servicios de bar-restaurante y alquiler de equipo para la realización de diversas actividades acuáticas

5. Calanque de Morgiou
Es una de las calas más grandes y mejor acondicionadas de la zona. Está provista de un pequeño puerto pesquero, las cabañas del medio centenar de marineros que habitan el lugar y un bar restaurante. Se ubica entre los arroyos de Sormiou y Surgiton, en un estrecho y profundo entrante de mar al que las paredes rocosas imprimen un aspecto singular. Muy cerca de aquí se encuentra la popular cueva de Cosquer, una gruta submarina con pinturas rupestres que desde 1998 permanece cerrada al público por motivos de seguridad. 

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