24 marzo 2025
6 minutos
¿Sueñas con explorar el mundo de forma más sostenible? Sigue cinco consejos básicos para disfrutar de viajes más ecológicos al tiempo que mejoras tu experiencia e interactúas con tu destino.
24 marzo 2025
6 minutos
Nuestra manera de viajar está cambiando. A medida que somos más conscientes de nuestro impacto medioambiental, cada vez más buscamos maneras de explorar el mundo tratando de minimizar las consecuencias negativas. No obstante, planificar unas vacaciones de menor impacto no implica ceder en términos de comodidad o experiencias memorables. De hecho, un plan de turismo consciente suele ofrecer experiencias enriquecedoras y una conexión más profunda. ¿Todo listo para planear tu siguiente viaje pensando en la sostenibilidad? Te contamos cinco maneras para que tu siguiente viaje sea más respetuoso con el medioambiente e igualmente inolvidable.
Recuerda que el trayecto también puede formar parte de la diversión. Aunque parezca que viajar en avión es la opción por defecto, los medios de transporte alternativos suelen ofrecer experiencias más enriquecedoras y emisiones de carbono mucho más bajas.
Pongamos el tren, por ejemplo. Un estudio del Global Change Data Lab con sede en el Reino Unido ha demostrado que coger el Eurostar de Londres a París en lugar de un vuelo de corta distancia reduce la huella de carbono de tu viaje en un increíble 97 %. Y no solo eso, te permite disfrutar de unas vistas impresionantes y de la posibilidad de estirar las piernas con comodidad.
Viajar por Europa en tren es una manera fantástica de ver el continente a un ritmo mucho más pausado, ya que los trenes de alta velocidad, como French TGV, Trenitalia y el Inter-City Express (ICE) de Alemania, te permiten atravesar paisajes asombrosos a la vez que reduces tu huella de carbono, en comparación con los viajes en avión. Para distancias más cortas, considera los trenes de cercanías o alquila coches eléctricos. Ahora, muchas ciudades europeas ofrecen redes de recarga de vehículos eléctricos, facilitando más que nunca poder explorar la costa y áreas rurales, y descubrir playas escondidas y pueblos pintorescos por el camino.
Otra opción de viaje ecorresponsable cada vez más popular son las vacaciones en bicicleta. Países como los Países Bajos, Dinamarca y Francia ofrecen amplias infraestructuras para ciclistas, haciendo posible planificar aventuras de varios días enlazando poblaciones históricas mientras se atraviesan paisajes impresionantes. Imagínate pedaleando por los campos de lavanda de la Provenza al sur de Francia o a lo largo de los senderos costeros de Dinamarca, parando donde quieras para contemplar las vistas o acercarte a un mercado local.
Otros consejos:
El lugar donde te alojas importa. Muchos hoteles de todo el mundo están reinventando el lujo desde un punto de vista más sostenible, al igual que los viajeros conscientes están optando por alojamientos más responsables para mejorar su experiencia.
Busca alojamientos con certificaciones medioambientales verificadas, como Green Key o Green Globe, e iniciativas factibles de viaje ecorresponsable. Los principales hoteles ecoconscientes combinan tecnología innovadora con prácticas pensadas al detalle como el uso de energía solar y sistemas energéticos inteligentes, programas de conservación del agua, iniciativas sin plásticos, y sistemas integrales de reciclaje y compostaje. Ahora muchos cuentan con muros verdes, jardines en la azotea donde cultivar hierbas aromáticas para sus restaurantes y sistemas de recogida de aguas pluviales.
Más allá de las medidas medioambientales obvias, examina a fondo el compromiso de un hotel con la sostenibilidad. Por ejemplo:
Recuerda que un hotel realmente sostenible no debería comprometer en confort. Los mejores alojamientos integran a la perfección la responsabilidad medioambiental con una experiencia excepcional, demostrando que el lujo y la sostenibilidad pueden ir de la mano.
Incluso en un destino lejano, los valores éticos nunca te abandonan. Tanto en rincones remotos o en el centro de ciudades bulliciosas, alójate en un hotel que invita a explorar el mundo limitando el impacto en el medio ambiente.
En Chiang Mai, vive una estancia única en este entorno montañoso donde la cultura tradicional tailandesa inspira serenidad. En el sofisticado ambiente del Veranda High Resort Chiang Mai - MGallery, la naturaleza está omnipresente y se le rinde homenaje como si fuera el más prestigioso de los huéspedes. Para experimentar de primera mano el saber hacer local, participa en una actividad guiada en una plantación de arroz.
En la capital portuguesa, el Mama Shelter Lisboa es un lugar de diseño ideal para visitar la ciudad de las siete colinas. Toma el famoso tranvía para viajar de forma responsable y auténtica. Al regresar al hotel, relájate con una ducha con productos de aseo sólidos y ecológicos. Déjate llevar por la energía creativa de este establecimiento de 3 estrellas, que ha reutilizado materiales locales para crear espacios únicos y acogedores, desde la planta baja hasta la azotea.
Kioto, con sus 2000 templos y santuarios, llama enseguida a la espiritualidad, una armonía que puedes sentir moviéndote a pie o en transporte público. Regálate un descanso zen en el ibis Styles Kyoto Shijo y combina experiencias y descubrimientos centrados en lo esencial.
Sumérgete en la magia de Marruecos durante una estancia en Marrakech, cerca de los encantadores zocos y de su patrimonio milenario. Alójate en un moderno oasis en el Mövenpick Marrakech, un hotel con certificación ecológica que combina la elegancia con los viajes ecorresponsables.
Una de las maneras más efectivas de reducir tu huella de carbono cuando viajas a la vez que enriqueces tu experiencia consiste en dirigir tu gasto hacia iniciativas locales más sostenibles. Este enfoque no solo minimiza las emisiones procedentes del transporte de productos importados, sino que también ayuda a preservar tradiciones y economías locales. ¿Otra ventaja? Mantiene el dinero circulando dentro de las comunidades y reduce la dependencia en cadenas de suministro mundiales.
Empecemos con la comida. Busca restaurantes que empleen ingredientes de procedencia local y que adapten la carta según la temporada. Puede que descubras una trattoria familiar en Roma que use verduras de su propio huerto o un restaurante en Copenhague que trabaje exclusivamente con agricultores ecológicos de la zona.
A la hora de comprar recuerdos, busca a artesanos que creen productos con materiales locales. Los mercados y las pequeñas tiendas familiares a menudo venden artículos fabricados a mano y recuerdos únicos que apoyan a los artesanos, en vez de a importaciones de producción masiva. En lugar de objetos sin mucho valor que seguramente acaben olvidados o en la basura, puede que encuentres telas marroquíes tejidas a mano, artesanías de madera escandinava sostenible o cerámicas griegas de producción local. Estas compras no solo apoyan la artesanía local, también serán valiosos recuerdos de tu viaje.
Otra manera fantástica de hacer que tu viaje ecorresponsable sea aún más efectivo es uniéndote a visitas guiadas locales. Muchos destinos ofrecen experiencias dirigidas por residentes que aportan conocimientos auténticos y un toque de personalidad, a la vez que garantizan que el turismo beneficie a la comunidad. Ya sea con un recorrido gastronómico en un animado mercado o un paseo guiado por la naturaleza, las experiencias gestionadas a nivel local enriquecen tu viaje y lo hacen más significativo.
La filosofía de viajar sin prisas no consiste únicamente en reducir las emisiones, sino en estrechar aún más los vínculos con lugares y personas. En lugar de ver cinco ciudades en siete días marcando casillas, considera pasar una semana o dos conociendo realmente uno o dos destinos.
Este enfoque reduce tu huella de carbono de una manera natural disminuyendo las emisiones, y los beneficios de hacer un viaje ecorresponsable van más allá del impacto medioambiental. Cuando pasas más tiempo en un solo lugar, comienzas a descubrir su ritmo y sus secretos. Tal vez te conviertas en cliente habitual en una cafetería del barrio, aprendas unas frases en el idioma local o descubras lugares únicos que nunca figuran en las guías de viaje.
Viajar sin prisas también te permite adaptarte a las costumbres locales. Olvídate de correr por verlo todo de una vez; puedes disfrutar de una mejor experiencia visitando lugares populares en temporada baja, cuando hay menos aglomeraciones. Quizás descubras que el Louvre en París es pura magia un miércoles por la noche, cuando está abierto hasta las 21:00 h; o que el Park Güell de Barcelona, con los contornos y mosaicos característicos de Gaudí, tiene otra perspectiva al atardecer.
Plantéate alquilar un apartamento para una estancia larga, así podrás comprar en mercados locales, cocinar y vivir más como residente que como turista. Imagínate pasando una semana en un encantador pueblo italiano, donde llegas a conocer al dueño de la cafetería, te unes a una clase de cocina local y exploras la campiña a tu ritmo. O visualízate relajándote en una isla remota en Tailandia, evitando la rapidez de lugares turísticos abarrotados y disfrutando de valiosos intercambios culturales con los residentes. Este enfoque no solo reducirá tu impacto medioambiental, sino que también proporcionará una experiencia de viaje más auténtica y satisfactoria.
A menudo, las experiencias de viaje más memorables surgen de actividades que ya tienen un bajo impacto medioambiental. El senderismo, el buceo, la observación de aves y las experiencias culturales pueden ofrecer aventuras increíbles al tiempo que minimizas el daño medioambiental. Visita parques naturales y espacios declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco de manera responsable, sigue los principios de «No dejar rastro» y respeta las directrices sobre vida salvaje.
Asimismo, busca excursiones y actividades que den protagonismo a la protección y educación medioambiental. Por ejemplo:
Elige destinos que ofrezcan experiencias innovadoras de viajes ecorresponsables. Prueba a unirte a una caminata guiada en busca de alimento en las Tierras Altas de Escocia, participa en un proyecto de restauración de los arrecifes de coral en las Maldivas o ayuda con la vendimia en un viñedo ecológico en Francia. Además, piensa que este tipo de experiencias culturales son tan gratificantes como de bajo impacto. Sal de la rutina y asiste a festivales locales, visita museos en las horas menos concurridas o participa en talleres de artesanía tradicional; obtendrás una perspectiva única del estilo de vida local que es difícil encontrar de otro modo.
Consejo: busca experiencias afines a tus intereses teniendo en cuenta su impacto medioambiental. Con frecuencia, las opciones más sostenibles resultan ser las más auténticas y memorables.
Planificar unas vacaciones con un menor impacto no implica sacrificar la comodidad ni el entusiasmo, al contrario. Tanto si es cogiendo un tren en vez de un avión, eligiendo un hotel con una certificación ecológica o pasando más tiempo en menos lugares, tus decisiones pueden ayudar a dar forma a un futuro del viaje más sostenible. ¿La ventaja? Es probable que encuentres que estas elecciones generan experiencias más significativas y agradables, prueba de que viajar de una manera responsable y significativa van de la mano.