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Street Art en la capital del Reino Unido

Londres

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Lamono es un magazine de arte y cultura urbana. Viven, respiran y se mueve por la pasión que les despierta el arte en todos sus ámbitos. Basan su vida en la música, la familia y los amigos.

Y cuando pensábamos que el 2015 ya había dicho todo lo que tenía que decir, aún le quedaba un colofón final. Una guinda final que nos iba a hacer coger un avión para atravesar el Canal de la Mancha con un solo destino: Londres. Y no porque sí, sino porque hablamos de una de las capitales europeas con más concentración de obras de street art en sus paredes, calles y muros. La cadena de hoteles Accor Hotels nos contactó para invitarnos en exclusiva a conocer uno de sus hoteles en la ciudad y a partir de ahí, hacer una ruta en la que descubriríamos lo mejor del arte urbano de la capital. Veríamos en directo obras de todos los grandes del street art a nivel mundial, comenzando por Banksy (con su correspondiente cristal protector), Space Invader y sus intervenciones galácticas, Stik y sus graciosos monigotes, las intervenciones en señales de tráfico de Clet Abraham, las miniaturas de Pablo Delgado o las palabras a lo grande de EINE.

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Y allá que fuimos, cargados de carretes y de ganas de patearnos todo Londres en dos días. Bueno, o casi todo, que aún no hemos adquirido el súper poder de la omnipresencia. Pero como toda historia, vamos a comenzar por el principio: la llegada a nuestro hotel, el Ibis Styles Kensington, situado en la zona de Earl’s Court, ha sido nuestro cuartel general durante estos dos días de aventura inglesa. Las calles de Londres son un museo al aire libre en sí mismo. Todo es potencialmente arte, potencialmente fotografiable. Pero entre tanta espesura, muchos de los artistas más reconocidos del arte urbano eligen la ciudad como lienzo para sus creaciones. Londres es arte urbano, por eso es reconocida a nivel mundial por acoger entre sus paredes auténticos iconos en la materia. Pero, ¿por dónde empezar? Accor Hotels nos tenía preparado un Street Art Tour que nos haría peinar la ciudad en busca de auténticos tesoros escondidos. Es posible que ni los propios londinenses sepan lo que tienen en sus calles. Arrancamos el tour por el barrio de Shoreditch, un hervidero creativo de la contracultura inglesa. Old Street nos tenía preparadas obras increíbles, como la famosa (y escondida) obra del tanque y el Have A Nice Day de Banksy o el homenaje a Star Wars de Invader. Disfrutamos paseando por la Red Gallery, una galería colaborativa que bebe de las calles, en la propia calle. Pasamos por el mítico callejón de Blackall Street y nos sumergimos de cabeza en esa especie de collage de diferentes estilos y artistas de todo el mundo. Seguimos por Hoxton, disfrutando del delicado realismo de The Mac, Ben Slow y Dale Grimshaw. En Green Estern Street nos esperaba Espo con su carta de amor a Londres, y justo debajo, Thierry Noir, todo un revolucionario que fue pionero en pintar en el muro de Berlín, y que devolvía al street art a su esencia más revolucionaria. Después de la sobre estimulación visual, emprendimos camino hacia Brick Lane, pasando por los míticos jardines Cargo, donde nos topamos una vez más con Banksy, con las esculturas de Citizen Kane, las setas flúor de Christiaan Nagel o los murales a gran escala de EINE. Desde el efervescente barrio repleto de tiendas vintage, Roa y Phlegm nos trasladan a una especie de País de las Maravillas, y Stik parece el sexto pasajero, nos lo encontramos allá donde vayamos. Y como colofón, la unión de dos titanes del street art: Shepard Fairey e Invader en el corazón de Brick Lane. Y la gente, como si nada, tomándose un vino caliente (muled wine, como lo llaman ellos) justo debajo. El tour nos ha descubierto una parte de Londres que no conocíamos en profundidad: una parte en la que el arte sobrevive donde menos te lo esperas.

Capital del Arte Urbano

Y  es que la esencia de Londres es precisamente esa: la de ser una intersección de culturas, de puntos de vista, de expresiones artísticas. Todo queda plasmado en sus paredes, testigos silenciosos de todo lo que se cuece en esta urbe. Un lienzo en blanco sobre el que cualquiera puede dejar su huella y formar parte de algo aún más grande, tanto que es imposible entenderlo en su totalidad. Cada parte es una pieza del gran puzzle, y la única forma de montarlo es pasear por sus calles. Una y otra vez, intentando descubrir algo más. Tenemos que dar las gracias a Accor Hotels por hacer posible una experiencia única, permitiéndonos ir más allá de la exploración superficial. Y es que cuando te pones en la situación de ser turista, ese debería de ser tu objetivo: profundizar siguiendo tu propio camino. Y lo hemos conseguido

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