¿París, Venecia, Roma? Muy pocos se ponen de acuerdo a la hora de elegir la “ciudad del amor”. Lo que está claro es que Madrid no suele aparecer entre las primeras en la lista de destinos románticos. Un punto a tu favor: así te aseguras de que vas a disfrutar con mucha más intimidad de rincones con encanto que bien podrían ser el escenario de un romance de película.
Madrid romántico: los secretos mejor guardados de la ciudad
Eso de que el romanticismo está en la mirada del observador queda muy bien en la teoría. Pero en la práctica, un rincón acogedor, un parque tranquilo, un estanque con nenúfares o una sonora fuente hacen las delicias de cualquier pareja de enamorados. ¿Existen lugares así en una ciudad tan agitada e intensa como Madrid? Los rincones más íntimos de la Villa suelen pasar inadvertidos para los transeúntes comunes, pero no para un par de tortolitos como vosotros.
- Jardín El Capricho (Alameda de Osuna, 25): al noreste de la ciudad y muy cerca del aeropuerto se encuentra este paraje de cuento. Arboledas, estanques, fuentes y bonitas construcciones que le dan a este rincón de la Alameda de Osuna un particular toque parisino. Si os alojáis en el Hotel Novotel Madrid Campo de las Naciones podéis llegar a pie hasta este paraje atravesando otro lugar con encanto: el Parque Juan Carlos I.
- Jardines del Museo Sorolla (General Martínez Campos, 37): con la excusa de una jornada cultural, puedes acabar el día de una manera muy acaramelada. Los magníficos jardines que rodean este museo son el escenario perfecto para unos arrumacos en patios y fuentes que guardan cierto parecido con los del Generalife de Granada.
- Azotea del Círculo de Bellas Artes (Alcalá, 42): contemplar las luces de la ciudad desde las alturas mientras disfrutas de una copa en la mejor compañía es un planazo perfecto para cualquier noche en la capital.
- Jardín del Príncipe de Anglona (Plaza de la Paja, 6): muy pocos conocen esta perlita en el corazón del barrio de La Latina. Un rincón coqueto junto a la Plaza de la Paja salpicado de árboles frutales, pérgolas cubiertas de rosales y un bonito cenador de hierro que parece pedir a gritos una declaración de amor.
- Dalieda de San Francisco (Gran Vía de San Francisco, 29): asómate a la ciudad desde uno de sus miradores menos conocidos. Con las dalias florecidas, en otoño o en verano, esta explanada de 4.000 metros cuadrados se transforma en un idílico lugar para compartir un bonito atardecer en pareja.
