Las mejores playas e islas desconocidas de Malta
Como sucede con muchos de los destinos del Mediterráneo, una parte importante del atractivo de Malta son sus playas. Tal vez no son las más extensas ni las más solitarias del planeta. Pero entre ellas es posible encontrar algunas joyas escondidas que ofrecen una alternativa estupenda para los viajeros que llegan hasta estas latitudes buscando sol y mar.
Las mejores playas en Malta (y las menos conocidas)
Cada una de las tres islas mayores tiene su encanto, pero no hay duda de que Malta es la que más servicios ofrece al viajero. Lo ideal es alojarse en establecimientos tan céntricos como el Mercure St. Julian's Malta y desde aquí poner rumbo a las mejores calas y playas del archipiélago.
Playas de Malta
Algunas de las playas más tranquilas y hermosas de Malta exigen un pequeño esfuerzo por parte del viajero. A la playa de Selmun Bay, en la costa noroeste, solo se puede acceder a pie o en bicicleta, pero es el precio que hay que pagar por ver las escasas dunas de arena que existen en la isla. Algo similar ocurre con St. Peter’s Pool, al sureste, donde tras dejar el coche en lo alto de un pequeño acantilado es necesario descender a pie hasta la magnífica piscina natural que visitan con frecuencia los amantes del esnórquel.
Playas de Gozo
En medio del habitual ajetreo turístico de la isla se encuentran alternativas más orientadas al viajero que desea conectar con la naturaleza. Un ejemplo es la playa de Ghasri Valley, un paraje que se asemeja a los fiordos noruegos con la ventaja de que aquí la temperatura no es impedimento para practicar submarinismo. Quienes busquen algo más accesible pueden dirigirse a Rampla Bay, una agradable playa de arena amarilla desde la que da comienzo el sendero que conduce hasta la Cueva de Calypso, donde, según cuenta Homero en La Odisea, Ulises permaneció cautivo durante siete años por capricho de una ninfa.
Playas de Comino
Hablar de la isla de Comino es hablar de la Blue Lagoon. Pero aunque esta es la piscina natural más famosa de todo el país, vale la pena tomar alguno de sus numerosos senderos de piedra para llegar a parajes menos concurridos. Dos lugares recomendados y a muy poca distancia son la bahía de Santa María y la de San Nicolás, ambas de arena blanca (aunque escasa) y a las que se puede llegar en coche o dando un paseo de apenas un par de kilómetros.
